jueves, 19 de septiembre de 2013

Muestras de Amor

“Quién es este, que hasta perdona los pecados?” (Lc 7)

Todos somos pecadores, Todos somos deudores, si nos sacaran la cuenta de lo que debemos a Dios quedaríamos abrumados: El habernos creado de la nada, el alquiler de la tierra en que habitamos, las cuentas del agua, los manantiales, la energía, el sol, la luz , el mercado y los productos que llegan a la mesa que sólo él puede hacer…y otras cuentas más impagables, el amor de los padres, de los amigos, sus pacientes esperas, su soportarnos tal como somos, sus intentos de corregirnos y guiarnos y la más difícil de las cuentas, el habernos reconciliado gratuitamente por la muerte de su Hijo Jesucristo en la cruz…mejor no sigamos porque la cuenta se nos haría intolerable.
Lo cierto es que debiendo tanto como debíamos, Dios mismo, viendo que no teníamos con que pagarle, se pagó a si mismo, encarnándose en la historia humana y muriendo en la cruz nos reconcilió consigo por pura gracia: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, como si dijera. “Padre, perdónales porque no tienen con que pagar”…, a veces ni saben que deben” y muriendo de amor nos ha reconciliado dándonos gratuitamente la vida divina, el Espíritu Santo: “Oh toque delicado que a vida eterna sabe y toda deuda paga, matando, muerte en vida la has trocado”, canta san juan de la cruz.
Al considerar la enorme gracia de la reconciliación gratuita nos brota un impulso, pagar amor por amor y ese amor nos hace obrar para mostrarle la gratitud. Por muchas obras que hagamos son solo realizadas por el amor de El mismo, esas obras manifiestan el amor acogido de Dios en Cristo Jesus: “No me diste el beso de la paz, esta no ha cesado de besar mis pies, no has ungido mi cabeza con aceite esta no ha cesado de ungir mis pies con perfumes., si ella da tales muestras de amor es porque le han sido perdonados sus muchos pecados, ella ha tenido fe en la encarnación de Dios y el perdón que Dios vino a ofrecer a los pecadores gratuitamente.
Quién es este que hasta perdona pecados. Es Dios , el que borro en sí mismo, en la carne adorable de su Hijo, el muro que nos separaba, la distancia que nos alejaba de su corazón. Es Dios hecho carne, Jesucristo, El Perdón y la Paz, el que vino para que el hombre recupere, llorando…, su alegría.
Padre Wilson Ossa Betancur

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