martes, 10 de septiembre de 2013

Amigos fuertes de Dios

Comentario al Evangelio del 10 de septiembre de 2013

“Subió Jesús a la montaña a orar y pasó la noche orando a Dios” (Lc6)

 
La fuerza del Espíritu que recibió en el Bautismo en el Jordán, El poder del Amor del Padre con el que venció a satanás en el desierto, la compasión derramada en los cuerpos de los enfermos y la autoridad de expulsar demonios y enfrentarse a los fariseos provenía, en Jesús, de un hábito, una costumbre, un...a necesidad imperiosa, la oración. En la intimidad con el Padre una doble vertiente de compasión subía y bajaba desde el cielo de su alma. Los dolores y sufrimientos de sus hermanos y un manantial de ternura que el Padre apuraba en su corazón para todo el rebaño. Vio la necesidad de ser ayudado y el Padre le regaló un grupo de amigos para que ante todo estuvieran con El, en la oración, y desde ella salir con poder a predicar y a liberar a los hermanos.
Como el maestro, los amigos del Señor son los que han comprendido que sin El no pueden hacer nada y de la unión con El sacan sus fuerzas: “Los que quieren llegar a ser amigos fuertes de Dios, los que han de bebe del agua del Espíritu y ser fortalecidos con el amor divino, son gente determinada, constante, perseverante, con ansias de buscar y encontrar aquella fuente de la vida que es el Espíritu Santo y su acción transformante en la oración. Agua de la vida que los unge para poder luchar contra los enemigos. “Importa mucho y del todo una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella. Venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabaje lo que trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera muera en el camino o no tenga corazón para los trabajos que hay en él. Si quiera se hunda el mundo, gente que no teme los peligros porque están revestidos de esta agua del amor divino en la oración”.
Determinados, fuertes, significará que le han dado su tiempo al Señor, libre el pensamiento para El, con constancia, sin desear tornarlo a tomar por trabajos que vengan, ni sequedades, ni contradicciones, tiempo de oración que ya no es de ellos sino de El, sabiendo que, este Amigo agradecido, un alzar de ojos lo tiene en mucho. Determinados, fuertes, dispuestos a seguir el camino de la conversión, y fuertes contra el demonio pues están apercibidos y fortalecidos con la entrega a Dios, por eso espantan al demonio, que es cobarde y ataca a los que se ve son mudables llenándolos de miedo e inconvenientes, Determinados, fuertes, porque saben que si en la batalla los vencen no les perdonaran la vida y que si no muere en la pelea ha de morir después, por eso pelean con mas determinación y quiere vender bien su vida.

Fray Wilson Ossa

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