domingo, 18 de agosto de 2013

Vivir ardiendo

 Comentario al Evangelio del 18/08/2013

“Piensan que vine a traer tranquilidad al mundo, les aseguro que no” (Lc 12)
Un discípulo se acercó al maestro y le dijo: ya he cumplido todos los mandamientos, he vivido en perfección todo lo que se me manda, que más tengo que hacer.- Alzando los dedos como llamas hacia el cielo, le respondió el maestro: podrías ser fuego.La paz, ese fruto del Espíritu Santo, es un amor que no nos deja en paz. Viviente, dinámico, eterno, el amor nunca está ocioso, es llama que consume y arde continuamente y todo lo transforma en sí. El espíritu de Amor es libre y no soporta quedarse estancado, es agua y fuego, Dios mismo es una hoguera devoradora y ansia ver todo inundado de El.Jesús vino a traernos este fuego, a darnos esta paz y a quitarnos la tranquilidad y la comodidad de una vida sin ardor, sin entrega, vino a darnos con el Espíritu una vida que mira a la eternidad y plenitud de un amor mucho más grande que va quitando el gusto, purificando, los deseos con los que somos atraídos por las criaturas, por el mundo y colocando el deseo de que todos se salven, que todos estén llenos del Espíritu: “como deseo que ya estuviera ardiendo”
Cuando Alguien ha conocido a Jesús en el Espíritu y ha recibido este fuego de amor, sus acciones, su caridad intensa, su capacidad de desasimiento de las cosas, sus palabras, generan contradicción, persecución por parte de los que no han recibido esta manera de ser, de vivir ardiendo. El caso de Jeremías es ejemplar, su pueblo no lo comprende e intenta matarlo, en los bautizados en el Espíritu los primeros que captan la nueva forma de ser son sus familiares, ahora sus criterios no son carnales, y por eso comienza el choque, la lucha y no hay que desanimarse, así es.
El Espíritu le comunica al creyente lo definitivo del ser humano, su destino eterno, le revela el plan creador, los deseos de Dios, su voluntad, la posibilidad de vivir con el Creador en cada instante, dentro de sí mismo y no puede…no puede...aunque quisiera…dejar de anunciar lo que ha visto y oído: “hay de mi si no evangelizara”, grita san Pablo, aunque se caiga el mundo, aunque todos lo persigan, aunque lo vuelvan a crucificar no puede….no puede…dejar de anunciar la verdad de lo que Es: ¿eres el Hijo de Dios? le pregunta el Sanedrín a Jesús -¡Tu lo has dicho! responde para eso he venido al mundo para dar testimonio de la verdad. Mientras, ha decidido bañarse en sangre, bautizarse en este fuego de sufrimientos que es la pasión con tal de que los hombres descubramos el fuego del amor, la plenitud de la vida, el Dios viviente que arde desde nuestro interior.En la Cruz está ardiendo de amor como ninguno, es la llama encendida que ningún odio pudo apagar, en la cruz es el amor ardiente…más bello que el fuego y que la luz, La hermosura y la Verdad.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur

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