domingo, 8 de diciembre de 2013

Inmaculados por el Amor


“El nos eligió en Cristo, antes de la creación del mundo para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia por el Amor” ( Ef 1,4) (Texto tomado de Debarim)

“En el momento final de la historia del Antiguo Testamento, allí donde se vuelve inminente la plenitud de la gracia y su victoria definitiva sobre el pecado, aparece María, la primera persona liberada de la historia. La humanidad nueva y renovada prometida por Dios a Israel tiene su culminación y su inicio ejemplar en María de Nazaret. Ella despuntó en el horizonte de la historia como alba radiante que preludia al sol de justicia, Cristo. La luz del Verbo creador y futuro redentor invadieron a esta humilde hija de Israel, no permitiendo que en ella existiera traza alguna de oscuridad.

 Las promesas de un corazón nuevo y de una vida enteramente orientada por la voluntad de Dios se realizaron por primera vez en la historia en María, en quien comenzaron a despuntar la luz y santidad de Cristo redentor. Cuando vino al mundo María, Dios quiso mostrarnos anticipadamente en ella ese «cielo nuevo y tierra nueva» de la que hablaban los profetas. Ella es, como dice una de las estrofas del canto: «Nube hermosa, llena y cargada, de aguas que salen del mar de gracias». En María Inmaculada se revela la voluntad amorosa de un Dios que creó a la humanidad, liberó de la esclavitud a un pueblo recreándolo para la comunión con él y que desde siempre ha deseado recrear a cada ser humano a imagen del Verbo eterno. La Virgen Inmaculada es ese bello y luminoso pórtico de Cristo, la «nueva creación» por excelencia, «el hombre nuevo creado a imagen de Dios» (Ef 4,24), cuya venida y obra redentora iluminan ya la historia de pecado de la humanidad en la concepción inmaculada de su Madre.

 María es «llena de gracia» desde el primer instante de su ser, «ha hallado gracia delante de Dios». Esto naturalmente tiene que ver con su concepción en el vientre de su madre, con el primer momento de su existencia. En ese instante Dios no se ha limitado a realizar en ella un gesto negativo, liberándola de la mancha original y de pecado. Dios la ha llenado de gracia y de esa forma hace que sea Inmaculada. Ella tendría que haber sido un eslabón más de esa cadena de pecados que se expresan y despliegan en la historia humana. Pues bien, Dios se quiso revelar en María como nuevo padre y creador que ha velado amorosamente por ella, desplegando en ella un comienzo de existencia en un absoluto ámbito de gracia. Dios quiso en el mismo momento de su existencia liberar a María del pecado, concebido como esa «mancha» que oscurece la relación amorosa entre Dios y el hombre. En vez de redimirla en un momento posterior, cuando ella hubiera ya asumido en la fe a Jesucristo su Hijo, Dios la liberado y redimido en un momento precedente, en el primer instante de su ser. Por eso ella ha nacido Inmaculada.
Ese primer momento en que María fue concebida sin mancha se despliega necesariamente a lo largo de su existencia, como en toda persona humana. Cuenta también la vida que viene después. Además hay que considerar la experiencia de libertad y de fe vivida por María que ha debido oponerse con todas sus fuerzas a la fuerza del pecado, ausente en ella, pero siempre presente en la historia. El misterio de la Inmaculada Concepción de María, que comienza en el instante de la concepción, llega a expresarse y realizarse a lo largo de toda la vida de María.

 Ella es también Inmaculada porque se dejó plasmar continuamente por el Espíritu Santo, de forma que vivió y se expresó siempre como persona absolutamente nueva, libre, toda de Dios y dueña de sí. Ella es la Inmaculada porque «su fe obediente plasma cada instante de su existencia según la iniciativa de Dios»; desde la Anunciación hasta Pentecostés «se nos presenta como mujer enteramente disponible a la voluntad de Dios», por eso es «la Inmaculada Concepción, “la llena de gracia por Dios” (Lc 1,28), incondicionalmente dócil a la palabra divina».

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

sábado, 7 de diciembre de 2013

Vamos a Belén


“Sintió compasión por ellos porque andaban extenuados y abatidos como ovejas sin pastor” (Mt9)

 El niño de Belén, con sus bracitos abiertos, parece decirnos: “Vengan a mi todos los que están cansados y agobiados que yo los aliviaré”. El compasivo Dios hecho carne, debilidad humana, nos invita en su mansedumbre y humildad a abandonarnos en las manos de Dios y a descansar.

 Lo que nos agobia y nos agota, dice san Juan de la Cruz, son nuestros apetitos desordenados, ...especialmente la soberbia, la codicia, la concupiscencia, apetitos de honor y respeto, de posesión, de placer exagerado. El pequeño niño, nacido en un establo, en su pureza y sencillez nos invita con El a descansar en la paz que da el estar sostenido por el Espíritu del Padre, hermosa tarea de adviento que redunda en la alegría.

 Como ovejas sin pastor, a veces vamos desorientados y heridos por nuestras pasiones, el dulce guía de nuestras almas, hecho niño, nos viene a curar y sanar, a liberar de las ataduras a orientar nuestras vidas: “Con tus propios ojos veras a tu maestro y oirán tus oídos una llamada a la espalda que te dirá cuál es el camino que debes seguir”, profetizaba Isaías.

 Los sabios de milenarias culturas, los grande s filósofos, han concluido que el encuentro con la verdad genera en el alma este abandono en las manos del creador, la suma ciencia es hacerse niño asombrado del ser que existe, es la suma ciencia que se puede alcanzar. Descansar en las manos de María, que unida a Dios, nos regala su ternura y fortaleza, en ella Dios escucha nuestros gritos, nos consuela, nos nutre. Vamos a Belén nos espera el pan dulce y tierno horneado en el fuego de amor de María y José, nos espera nuestro Buen Pastor, nuestra Paz.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

martes, 3 de diciembre de 2013

Los herederos del Rey


“Porque del conocimiento del Señor está llena la tierra” ( Is 11)

Nació en un pesebre, fue perseguido y desplazado al desierto, creció humilde cultivando la tierra, pastoreando ovejas, un obrero, salió de Galilea al Jordán a hacer fila con los pecadores siendo inocente y no tuvo donde descansar su cabeza, ni siquiera en la cruz, su única riqueza era el amor de su padre, el saberse amado de El y en esta sabiduría su alegría y la sorpresa de todo el mundo reyes y profetas, El es ahora el primero de los resucitados, el Señor de cielo y tierra y desde entonces el Rey y juez de la historia.
Dios le concedió juzgar con su vida y muerte a todos los hombres e impartir justicia sobre todo a los pobres y desheredados, El se ha hecho la única herencia verdadera. Solo entran a su reino eterno los que se colman de su sabiduría, de su Espíritu, los que se sienten como él, Hijos amados, los que llevan este conocimiento de su misericordia e...ncarnada que salva, el amor con el que el Padre nos hizo e hizo todas las cosas .
Estos días de adviento nos ligera el corazón el compartir con los mas necesitados, el ir corriendo hacia belén, a visitar al rey que duerme en el pesebre. no es que seamos buenos por eso sino que obramos conforme a la justicia de Dios, El hizo todas las cosas para todos pero sobretodo nos regalo su amor encarnado en su Hijo para que encada ser humano lo amemos. A nosotros se nos ha concedido un espíritu de Reyes para que practiquemos la justicia y con ella construyamos la paz.
Tu andas buscando un gobernante para tu país y te indigna la corrupción de muchos, he aquí que Dios te ha hecho rey, heredero de su espíritu, para que implantes la justicia y el derecho y la certeza de su amor haga tu voz firme para construir su reino.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

miércoles, 27 de noviembre de 2013

El examen final


“Por su perseverancia salvarán sus almas” (Lc 21)

Al final del año litúrgico, antes de navidad, se nos invita a hacer el examen de nuestra vida espiritual. Como al Rey Baltazar una mano divina se aparece y te dice. “Contado, pesado, dividido” y te recuerda que tu vida tiene un dueño que te creó con el fin de darle gloria y al que habrá que darle cuentas: “Te he pesado en la balanza y te falta peso, he contado tus días y les he señalado un límite”.
Lo cierto es que a la tarde de la vida no habrá examen final, solo se recogen las notas parciales de los encuentros con el Dios de la vida que se te acercaba en los hermanos, en la creación: “tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber,…cada vez que lo hiciste con uno de mis hermanos mas humildes conmigo lo hiciste… pasa el banquete de tu Señor”. Cuando comprendemos que toda nuestra vida es un continuo jugarnos la eternidad en lo transitorio y cotidiano nos llenamos deentusiasmo en todo lo que hacemos, el amor se vuelve esperanza viva. Pero, sobre todo, el tema del examen final nos resulta delicioso, el amor, “que bien hecho está para eso nuestro corazón”, porque no es algo que no esté a nuestro alcance, ya se nos ha dado a saber todo sobre él en el Crucificado, no tememos pues a la nota final si nos hemos dejado guiar por esa pasión de amor. Sabemos que tendremos un juicio correspondiente a la misericordia que le dejamos desplegar a Dios desde nuestro ser.
Muchos no comprenden una vida así, entregada, pondrán trabas al testimonio de una vida que espera la resurrección y el encuentro definitivo con Dios, pero “ánimo, dice el Señor, yo he vencido el mundo, con su perseverancia salvarán sus almas. Una mano divina, atravesada por clavos ha escrito para siempre: te amo, “tu nombre desde entonces está plasmado en mi palma”

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

martes, 26 de noviembre de 2013

La paciencia de Dios


“El Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido, ni su dominio pasará, eso significa la piedra que viste desprendida del monte sin intervención humana” (Dn 2)

 Jesús, por medio del Espíritu Santo nos ha revelado con su resurrección que el amor no pasará nunca, que el cielo y la tierra pasarán pero que El, que es la Palabra divina, por la que son creadas todas las... cosas, no. Esta certeza nos llena de esperanza ante el anuncio de que todo será destruido, así, se nos invita a vivir en ese fuego incandescente que creo el fuego, unidos a esa Palabra increada, Jesucristo, que da forma a toda la creación.
El apóstol Pedro ilumina cuando acontecerá este momento final: “Antiguamente existieron unos cielos y una tierra que perecieron inundados por el agua. Los cielos y la tierra de ahora, la misma divina palabra los tiene reservados para el fuego, conservándolos hasta el día del juicio y la destrucción de los hombres pecadores. Una cosa hermanos queridos no pueden ignorar que un día para el Señor es como mil años y mil años como un día y no es que el Señor retrase su promesa como algunos creen, simplemente tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie se pierda sino que todos se conviertan en sus hijos. Pero el día del Señor llegará como un Ladrón sin avisar. Si todo ha de desmoronarse que conducta tan santa y tan religiosa deberá ser la de ustedes, mientras esperan y apresuran la venida del día de Dios…nosotros esperamos cielo nuevo y tierra nueva en los que habiten la justicia.”
El apóstol Pablo nos invita a la vigilancia: “pero ustedes hermanos no viven en la oscuridad, el día del Señor no debe sorprenderlos como un ladrón, todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día no de las tinieblas, no nos quedemos dormidos sino que vivamos atentos, vivamos sobriamente cubiertos con la coraza de la fe y del amor y como casco de protección, la esperanza de la salvación.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

jueves, 7 de noviembre de 2013

Juicios de Misericordia


“Cada uno dará cuenta a Dios de si mismo” (Rm 14)

 Al resucitar de entre los muertos Cristo ha sido constituido como único juez de los hombres. Ese oficio no le corresponde sino a El, su sentencia ha sido esta: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Considerando las pruebas, las circunstancias por las que los seres humanos cometemos abominaciones, después de oír a los acusadores, en la cruz ha dicho: “No saben lo que hacen”, y para pagar la condena que por nuestra ignorancia merecíamos, El mismo ha querido ser el preso, el condenado, el mismo con su sangre divina ha reconciliado a los hombres con Dios por pura gracia. El Juez se hizo condenado para liberarnos.

 Cuando uno de nosotros juzga o condena en su corazón a otros se está abrogando un oficio que no le compete, además le está desbaratando a Dios la obra de la redención, la proclamación de su misericordia. El apóstol nos lo recuerda: “Cristo murió y resucitó... para ser Señor de vivos y muertos. ¿Tú por qué juzgas a tu hermano? y tu ¿por qué desprecias a tu hermano?”. El peligro de estos juicios es que nos cierran a la acción divina, a acoger con misericordia a cada ser humano por alejado de Dios que esté, como aquellos fariseos que se escandalizaban de lo que hacía Jesús con los pecadores. Cerramos la posibilidad de que vuelvan a los brazos del buen pastor que diligentemente subió a la cruz y bajo a los infiernos por las ovejas.

 La alegría de Dios está en recuperar a sus hijos, nosotros podemos darle esta alegría anunciando su infinita misericordia, es cuestión de no creernos convertidos, sino de vivir humildemente el perdón gratuito que se nos ha dado derramándolo sobre los demás. Un día tendremos que presentarnos ante el juez, para entonces, toda la misericordia que hallamos derramado de parte de Dios en el mundo volverá a nosotros: “El que realiza un juicio con misericordia tendrá un juicio con misericordia”.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Amor y sólo Amor


“A nadie le deban mas que amor, porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley” (Rm 13)

Dios no es un montón de cosas y amor, es Amor y solo Amor, decía acertadamente el P. Juan Jaime Escobar. Los seres humanos creados a su imagen y semejanza estamos hechos para esta manera de ser: amor y solo amor, nos lo recuerda el apóstol: “a nadie le deban mas que amor, amar es cumplir la ley entera”.
Amar no es dar, es darse, entregarse sin interés, como Dios mismo, “En esto consiste el amor en que Dios nos dio a su Hijo” y nos lo dio cuando éramos sus enemigos, cuando lo odiábamos, es un amor que no incluye venganza ni castigo, es amor y solo amor. Seguir a Jesús, ser su discípulo es ir adquiriendo esta manera de ser del espíritu de Dios.
Uno de los obstáculos para poder amar así, son los apegos y aprehensiones en los que la voluntad se nos esclaviza, de ahí que resuenen las palabras del Evangelio de Hoy: Si alguno no me... ama a mí antes que a sus hijos, esposa, padres y aun a sí mismo no me puede seguir. Esos amores, aunque buenos, impiden un amor desinteresado como el de Dios, impide que el caudal del alma este junto para amar con todas las fuerzas, el Señor nos quiere libres, amándolo a El para que podamos amar a los demás, no como posesiones nuestras, sino con libertad, haciéndoles el bien sin interés. El seguimiento exige renuncia y desprendimiento consciente, que han de ser asumidas como una opción de vida. No es que me toque desprenderme es que el amor me desprende de todo y de todos. Es su naturaleza, acariciarnos las ramas, arrancarnos las raíces.
El camino del Amor, el camino doloroso del Mesías, (porque amar duele y mas nos vale que lo vayamos asumiendo), es también el camino del discípulo, un camino que se hace en términos de entrega y solidaridad y produce vida plena porque en las raíces más profundas el ser humano está hecho de amor, está hecho, como Dios, para ser amor y solo amor.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

martes, 5 de noviembre de 2013

Un Dios intenso


“Insísteles hasta que entren”(Lc 14)

Por amor, nuestro Dios se ha hecho un pedazo de pan, un poco de vino. Con tal de que participemos del Amor que el mismo es y tengamos su vida, ha decidido transformarse en un poquito de harina con agua. Al comerlo El nos va transformando en El y nos va haciendo pan para los demás, nos revela el misterio de nuestra vocación, darnos, entregarnos, ...fluir como El mismo.
Podemos buscar en que saciar nuestro sentido de la vida consiguiendo bienes, tierras, campos, cuidando bueyes, laburando interrumpidamente, construyendo una familia, casándonos y teniendo hijos, pero solo comiéndolo a El tenemos vida eterna. La Eucaristía es la fuente que sacia la inmensa necesidad de los seres humanos aunque no siempre nos demos cuenta. Solo en ella se nos da vida en plenitud y se nos comunica con el amor la virtud fundamental para vivir en comunión y en paz, la humildad.
San Pablo nos la recomienda cuando dice. “Como buenos hermanos, seamos cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a si mismos. No tengan grandes pretensiones sino pónganse al nivel de la gente humilde, estén alegres con los que ríen y lloren con los que lloran”.
Nuestro Dios, Jesucristo, hecho pan y vino nos invita en la humildad de la hostia, imperiosamente a que hagamos parte de su banquete: “insísteles hasta que entren” porque sabe que solo en El hay vida eterna. El es el pan bajado del cielo, el que nos pone en sintonía de entrega y donación, el que nos da la vida para siempre.
Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

sábado, 2 de noviembre de 2013

La pregunta de la muerte


 "El secará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, porque lo de antes ya pasó" (Ap 21). Texto de José Luis Martín Descalzo.

«Para los hombres de hoy hay una gran preocupación: saber morir, morir bien, morir serenamente. Pero saber morir no significa vencer a la muerte. Saber morir es algo que pertenece al campo de las posibilidades humanas, mientras que la victoria sobre la muerte tiene un nombre: resurrección. Sí, no será el arte de hacer el amor, sino la resurrección de Cristo, lo que dará un nuevo viento que purifíque el mundo actual. 

 Los hombres de todos los tiempos andan buscando cuál es el punto de apoyo para construir sus vidas, para levantar el mundo. Si hoy yo salgo a la calle y pregunto a la gente: ¿Cuál es el eje de vuestras vidas? ¿En qué se apoyan vuestras esperanzas? ¿Dónde está la clave de vuestras razones para vivir? Muchos me contestarán: «Mi vida se apoya en mis deseos de triunfar, quiero ser esto o aquello, quiero realizarme, quiero poder un día estar orgulloso de mí mismo». O tal vez otros me dirán: «Yo no creo mucho en el futuro. Creo en pasármelo lo mejor posible, en disfrutar de mi cuerpo o de mi dinero, o de mi cultura». O tal vez me dirán: «Ésos son problemas de intelectuales. Yo me limito a vivir, a soportar la vida, a pasarla lo mejor posible». 

Pero allá en el fondo, en el fondo, todos los humanos tienen clavada esa pregunta: ¿Cuál es la última razón de mi vida? ¿Qué es lo que justifica mi existencia? Todos, todos, de algún modo se plantean estas cuestiones. También ustedes, que me van a permitir que hoy se lo pregunte: ¿Cuál es el punto de apoyo en el que reposan vuestras vidas? 

 Para los cristianos la respuesta es una sola: «Lo que ha cambiado nuestras vidas es la seguridad de que son eternas». Y el punto de apoyo de esa seguridad es la resurrección de Jesús. Si Él venció a la muerte, también a mí me ayudará a vencerla. ¡Ah!, si creyéramos verdaderamente en esto. ¡Cuántas cosas cambiarían en el mundo, si todos los cristianos se atrevieran a vivir a partir de la resurrección, si vivieran sabiéndose resucitados! Tendríamos entonces un mundo sin amarguras, sin derrotistas, con gente que viviría iluminada constantemente por la esperanza. Cómo trabajarían sabiendo que su trabajo colabora a la resurrección del mundo. Cómo amarían sabiendo que amar es una forma inicial de resucitar. Qué bien nos sentiríamos en el mundo, si todos supieran que el dolor es vencible y vivieran en consecuencia en la alegría. 

Fray Wilson Darío Ossa Betancur ocd

Descansar en paz


“Porque los elegidos del Señor gozan de su amor y su misericordia”(Sab 3)

 Destinados, no para la muerte, sino a ser Hijos de Dios por el amor, la resurrección de Jesucristo, el Poder del Espíritu, nos ha revelado que el ser humano ha sido destinado para vivir en comunión eterna con Dios. De modo que, si vivimos en el Espíritu, unidos a El, estaremos con El para siempre, estaremos en Paz. Este proceso de unión con El, una unión que ya está garantizada pues El vive en nosotros mas que nosotros mismos, siempre puede ahondarse, e incluso tiene el riesgo de perderse cuando confiamos nuestras vidas a nosotros mismos o al dinero.
 Cuando muramos alcanzaremos en el Encuentro con Dios, amor y solo amor, el anhelo más hondo del ser humano, la plenitud. Pero regularmente no estamos preparados, antes bien, alejados del Creador percibimos la muerte como una desgracia en la que se nos quitará la vida, cuando antes se nos da. 
 Tras la muerte ya no hay posibilidades de crecer en la unión con Dios, solo la oración de los que todavía peregrinamos puede alcanzarles a las almas un adelanto en esta purificación, calmarles el angustioso deseo de estar con Dios, sacarlas de este estado del alma que es el purgatorio, pues para eso habían sido hechas. Con razón dice santa Teresita: “Yo escojo por purgatorio tu amor purificador”. He aquí el sentido de esta fiesta de los difuntos, rogar, suplicar, ofrecer los sacrificios y sobretodo el sacrificio del Hijo de Dios en la misa para que el Señor derrame su misericordia y acoja a nuestros difuntos y les de lo que anhelan, el fin para el que fueron creados, la plenitud del amor.
 Hay un regalo extraordinario que podemos darle a nuestros difuntos, algo que les puede alcanzar un crecimiento fuerte en la unión con Dios, el perdón, poderlos acoger con el corazón misericordioso del Señor, derramar perdón a nuestros familiares y aun a los enemigos, llenar los ambientes que dejaron de la paz del Señor, es como se experimenta su resurrección, cuando sin decirlo, unidos en oración, los difuntos nos dicen: Estoy en paz.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

jueves, 31 de octubre de 2013

Lo que puede vencernos


“Márchate de aquí porque Herodes quiere matarte” (Lc 13) 

El Señor es un Guerrero, su nombre es el Señor. Su espada es el poderoso Espíritu de amor que lo une al Padre, su escudo las alas del águila bajo las cuales Dios lo cubre de los enemigos, su grito el alarido de amor que resuena desde la Cruz, su pecho valiente apto para encajar lanzas y verter manantiales nunca vistos, porque está revestido de la ternura de un Dios por sus Hijos. El Señor es un guerrero, un defensor, que no tiene miedo a nada ni a nadie. “ Digánle a ese zorro, a Herodes, díganle a los grandes que hoy expulso demonios y sano enfermos y que al tercer día cumplo mi obra”.
El no nos ha dejado solos, nos ha enviado otro defensor, el Poderoso Amor, las alas agiles de la paloma, las fuertes de las águilas y las cálidas de la gallina, el amor dulce que es más fuerte que la muerte, el que impide que nadie nos acuse, nos condene, nos amargue: ¿quién acusará a los elegidos?, ¿quién nos condenara si Dios mismo entregó a su Hijo?, ¿quién podrá separarnos del amor de Cristo?, si, en todo vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado.
Amor poderoso de Dios, manifestado en su hijo, El Espíritu, es la alegría, la justicia, el gozo, la fuerza de los guerreros de la iglesia, con este amor nada puede vencernos ni la angustia, ni desnudez, ni el hambre, ni la espada…Solo un arma del enemigo puede acabar con este triunfo, la desidia, la rutina, la pereza en la oración, ellas tienen el poder de cerrar las puertas al poderoso amor divino, Si, en la intimidad de los corazones se entrenan los ejércitos del Señor.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

miércoles, 30 de octubre de 2013

Llamados a tanto


“A los que predestinó, los llamó, a los que llamó los justificó, a los que justificó los glorificó” (Rm)

Predestinados:
Antes de que fuera engendrado el orbe de la tierra y fluyeran los manantiales, las galaxias, ya estabas destinado en el corazón de Dios Padre a ser uno con Jesús, el esposo de las almas, es la certeza que te reveló el espíritu el día que creíste en Cristo y empezaste a tener vida eterna, supiste que estabas predestinado a compartir la gloria de ese amor, a gozar de esas bodas.
Llamados:...
Entonces empezó para ti una lucha, fuiste llamado a la conversión, un esfuerzo por mantenerte dócil como el barro para que las manos de Dios te fueran formando a imagen de su Hijo; el pecado hacía resistencia, el orgullo, la codicia, la lujuria, la ira aparecieron más evidentes ante su luz, había que extraerlo del alma, las manos del médico querían sanarte y experimentaste la noche oscura, el sufrimiento, el despojo, te estaban rehaciendo desde adentro, habías sido llamado a ser de otra forma y para pasar a tener una vida divina había que recrear la condición mortal de la criatura hasta hacerla espiritual y divina.
Justificados:
Entendiste que el camino estecho y la puerta angosta era práctica de la voluntad divina, abandono en su providencia, humildad de corazón, mortificación necesaria, oración continua, practicas imposibles sin la gracia que te comunicaba María. En ella aprendiste a confiar plenamente en El, ella te producía la fe de la encarnación que te permitía seguirlo cuando todo era más oscuro, cuando se vaciaban las potencias, se desnudaba la voluntad, se empobrecía la memoria, se entenebrecía el entendimiento. Conociste tu misma miseria y la alianza irrenunciable de su misericordia, habíamos sido justificados por la sola fe. Si fuéramos mas pequeños el camino hubiera sido mas sencillo, pero bueno…estábamos nosotros.
Glorificados:
Y aquí vamos, cada día empezando de nuevo, sostenidos por los gemidos de la esperanza que nos saca el Espíritu, con la esperanza de ser hijos de Dios en plenitud, de unirnos a nuestro Dios definitivamente en el Espíritu; esperanza tan grande, tan imposible de ser soñada por nosotros mismos que hizo decir a san Juan de la Cruz: “Oh almas llamadas para tan altas grandezas y para ella llamadas, que hacéis en que os entreteneís, vuestras pretensiones son bajezas y vuestras riquezas miserias, llamados a tanto o entreteneís en tan bajo”. Y sin embargo todavía queremos seguir corriendo la carrera, nos espera la medalla de la gloria o el infarto, las dos valen.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

martes, 29 de octubre de 2013

Cuando el Señor cambió nuestra suerte


“La lengua se nos llenaba de risas la lengua de cantares”(sal 125)

La revelación del reino de los cielos, la acción creadora y salvífica de Dios por medio de su Espíritu en las almas humildes, es una obra que en sus inicios se muestra insignificante para la sociedad pero posee ella el sentido salvífico de la propia existencia y del universo.
Las parábolas del granito de mostaza y la de la levadura, que nos revelan esta acción divina en lo hondo del alma, nos llaman a descubrir que en lo pequeño y cotidiano, en la sencillez de la vida, Dios está. Solo falta un poquito del asombro propio de los niños, de la humildad agradecida que abre los ojos y contempla las maravillas de Dios aconteciendo en todo. No es el agua ni el abono, ni la tierra lo que hace que la semilla crezca, es la vida divina que lleva dentro lo que la hace ser.
En la creación, como en nuestro corazón esa acción divina es un gemido, el grito de la esperanza que nos lanza a encontrar, en el día definitivo, nuestra verdadera condición de Hijos amados. Con esta esperanza vamos sembrando el reino con la seguridad de que la obra, aunque pequeña, tendrá seguramente un fruto eterno. “Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares” Si o si cosecharemos en abundancia, porque es Dios el sembrador y Al que hemos dejado que crezca con su acción divina en nosotros y pueda florecer y frutecer y ojala un día reposen en nuestras ramas los amigos tan queridos, los hijos de Dios que vienen a alabar con el salmista la revelación del Reino en Jesús, nuestro salvador, entonces: “la boca se nos llenaba de risas y la lengua de cantares”
Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

domingo, 27 de octubre de 2013

La humildad que salva


Textos traído de los padres del desierto por el P. Nanini en sus comentarios al Evangelio (Lc 18)

"El alma humilde conoce una gran paz, mientras que el alma soberbia se atormenta a sí misma. El orgulloso no conoce el amor de Dios y se encuentra alejado de Él. Se ensoberbece porque es rico, sabio o famoso, pero ignora la profundidad de su pobreza y de su ruina, porque no ha conocido a Dios. Para que puedas ser salvado, es necesario que te vuelvas humilde, puesto que, aunque se trasladara por la fuerza un hombre soberbio al paraíso, tampoco allí encontraría paz ni se sentiría satisfecho, y diría: "¿Por qué no estoy en el primer puesto?" Sin embargo, el alma humilde está llena de amor y no busca los primeros puestos, sino que desea el bien para todos y se contenta con cualquier condición. En virtud del amor, el alma desea para cada hombre un bien mayor que para sí misma, y goza cuando ve que los otros son más afortunados que ella, y se aflige cuando ve que se encuentran en el sufrimiento" .
“El que conoce su pecado es más grande que el que resucita un muerto. El que llora una hora sobre sí mismo es más grande que el que enseña al mundo entero...El que conoce su debilidad es más grande que el que ve un ángel...El que sigue a Cristo en secreto y con arrepentimiento es más grande que el que goza de una gran reputación en las Iglesias” .
"SEÑOR: libérame de esa tonta vanidad que me lleva a poner mi seguridad en las obras externas y a despreciar a los demás por sus imperfecciones. Ayúdame a reconocer mi propia miseria y la grosera fealdad del orgullo".

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

viernes, 25 de octubre de 2013

Un Amor que no nos deja en paz


“He venido a traer fuego a la tierra” (Lc 12)

Cuando no está el fuego y no hay calor, ni luz, las almas se retuercen de frio y las enfermedades carcomen los pulmones, cuando el fuego no está los hogares son hoteles donde no se ama y las instituciones donde trabajamos o estudiamos son cubículos donde llega la gente a no morirse. El fuego del Espíritu en cambio hace plena la vida, hace vital la existencia.
Cuando Juan el Bautista anunció la llegada del Mesías decía así: El los bautizará con Espíritu Santo y fuego. La misión del Mesías consiste en infundir en el alama de los hombres aquel amor intenso con el que el Hijo se experimenta amado del Padre, ese amor que hace que los hombres entren en comunión de vida con Dios y sean salvados. Un amor mas fuete que la muerte.
Jesús sabe que para que esto ocurra tendrá que expulsar de los corazones el poder del pecado, por eso tendrá que pasar por el bautismo de su pasión y d...e su cruz; sólo mediante la glorificación del hijo de Dios puede venir a los hombres el poder del espíritu, puede ocurrir un nuevo nacimiento.
Los que han nacido de nuevo gracias a la fe en la resurrección y han empezado un proceso de conversión, establecen relaciones con la familia de una manera distinta, los criterios económicos, psicológicos, biológicos que antes imperaban ahora se viven desde el Espíritu, y como todos no han nacido de nuevo en la familia, ocurrirán las necesarias divisiones. Pero en medio de ese ambiente el creyente permanece en la paz, sembrando con mansedumbre una nueva manera de ser y de amar.
Aunque doloroso, el creyente no ha dejado de dar testimonio, pues ama a Jesús antes que a padres, esposa, hijos, lo cual anuncia con la mansedumbre y la comprensión de quien conoce su destino definitivo, por eso se mantiene en paz aun en medio de la persecución de los que antes amaba con todo su ser, un amor que lo impulsa a la entrega. Un amor que no lo deja en paz.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

miércoles, 2 de octubre de 2013

Bajo sus alas

“Voy a enviarte un ángel por delante para que te cuide en el camino y te lleve al lugar preparado” (Ex23)

Los ángeles se experimentan como “Eso” que hizo explotar de amor el corazón de unos padres piadosos cuando les anunciaron que iba a nacer un bebe en casa, esa alegría de los hermanos y la familia cuando vimos al recién nacido y no sabíamos como más acogerlo, esa compasión fuerte de una maestra al ver a un niño de jardín desolado, el abrazo necesario del amigo que se hace ángel cuando desesperados no encontramos el camino, la consoladora mirada de fortaleza cuando ante el duelo alguien nos dice que del amor podemos esperar la resurrección, esos ángeles, concentraciones de ternura y cuidado del Padre… que permitimos nos habiten y que reconocemos en los hermanos, esos son hoy el motivo de nuestra alegría.
Si uno se vuelve niño entra al cielo, el lugar preparado. Si depuesto todo orgullo y rebeldía el alma se pone dócil en las manos de Dios experimenta su ternura, su poder, la fuerza del Espíritu que lo conduce. En ese estado se verifica la comunión con los ángeles y los santos. Los ángeles que entonces eran seres imaginarios y fantásticos se hacen verdaderos, reales. La experiencia de su acción en nuestras vidas realiza prodigios: A Santa teresa un querubín le atravesó su muy humano corazón con un dardo encendido de amor que le encendió las entrañas, a Francisco de Asís los serafines le abrieron sendas llagas de amor con el crucificado. Al padre Pío estos mismos ángeles le hicieron partícipe de la pasión del hijo.
Los ángeles se manifiestan cuando somos obedientes a Dos y dóciles nos dejamos proteger y guiar por estos guardianes que con tanto amor nos cuidan, Humildes y amorosos, nunca agradeceremos como conviene lo que nos han preservado de caer en los abismos, sobre todo de las pasiones, pues ellos son piadosos y puros y os comunican esa misma docilidad a Dios. Son de caridad tan pura que no se entristecen porque Dios no se halla hecho uno de ellos, se alegran al contrario y protegen a los hombres porque Dos se hizo uno de ellos, no como los demonios (ángeles rebeldes, que envidian y odian la dignidad humana y buscan hacerlo caer incluso disfrazados de ángeles de luz, colocándose nombres que no son bíblicos), no hay que ver sino como se ha extendido en los últimos tiempos la presencia de lo satánico, la tendencia a lo oscuro, a lo vampirezco a la muerte. No nos damos cuenta hasta que punto nos acompañan os ángeles porque en su humildad obran solo por Dios y no sacan cuentas de los favores que realizan, no esperan de los hombres recompensa. Por eso merecen ser amados, son una belleza
Ellos anunciaron el nacimiento del Verbo de Dios a María y a José dándoles fuerza para el camino, los acompañaron en el exilio a Egipto protegiéndolos de Herodes, imagen del mundo, ellos acudieron en la lucha de Jesús contra satanás en el desierto y fueron consuelo en su noche más dura del Hijo del hombre, ellos obedientísimos servidores de Dios nos colmaron de alegría y paz al anunciar la resurrección de Jesús, y desde entonces cuidan a la iglesia, a nosotros, como si fuéramos el mismísimo hijo de Dios, ellos nos ayudan a reconocerlo en la Eucaristía y es la adoración con la que caemos postrados. Libraron a Pedro de la cárcel, a los monjes en el desierto y a nosotros nos cuidan como a las niñas de sus ojos, yo no sé cómo agarrarlos y besarlos para agradecerles, ayúdenme ustedes, sí…. y si los ven díganles, cuanto los amamos.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Muestras de Amor

“Quién es este, que hasta perdona los pecados?” (Lc 7)

Todos somos pecadores, Todos somos deudores, si nos sacaran la cuenta de lo que debemos a Dios quedaríamos abrumados: El habernos creado de la nada, el alquiler de la tierra en que habitamos, las cuentas del agua, los manantiales, la energía, el sol, la luz , el mercado y los productos que llegan a la mesa que sólo él puede hacer…y otras cuentas más impagables, el amor de los padres, de los amigos, sus pacientes esperas, su soportarnos tal como somos, sus intentos de corregirnos y guiarnos y la más difícil de las cuentas, el habernos reconciliado gratuitamente por la muerte de su Hijo Jesucristo en la cruz…mejor no sigamos porque la cuenta se nos haría intolerable.
Lo cierto es que debiendo tanto como debíamos, Dios mismo, viendo que no teníamos con que pagarle, se pagó a si mismo, encarnándose en la historia humana y muriendo en la cruz nos reconcilió consigo por pura gracia: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, como si dijera. “Padre, perdónales porque no tienen con que pagar”…, a veces ni saben que deben” y muriendo de amor nos ha reconciliado dándonos gratuitamente la vida divina, el Espíritu Santo: “Oh toque delicado que a vida eterna sabe y toda deuda paga, matando, muerte en vida la has trocado”, canta san juan de la cruz.
Al considerar la enorme gracia de la reconciliación gratuita nos brota un impulso, pagar amor por amor y ese amor nos hace obrar para mostrarle la gratitud. Por muchas obras que hagamos son solo realizadas por el amor de El mismo, esas obras manifiestan el amor acogido de Dios en Cristo Jesus: “No me diste el beso de la paz, esta no ha cesado de besar mis pies, no has ungido mi cabeza con aceite esta no ha cesado de ungir mis pies con perfumes., si ella da tales muestras de amor es porque le han sido perdonados sus muchos pecados, ella ha tenido fe en la encarnación de Dios y el perdón que Dios vino a ofrecer a los pecadores gratuitamente.
Quién es este que hasta perdona pecados. Es Dios , el que borro en sí mismo, en la carne adorable de su Hijo, el muro que nos separaba, la distancia que nos alejaba de su corazón. Es Dios hecho carne, Jesucristo, El Perdón y la Paz, el que vino para que el hombre recupere, llorando…, su alegría.
Padre Wilson Ossa Betancur

miércoles, 18 de septiembre de 2013

La generación del 'Me gusta'

 “¿A quién se parecen los hombres de esta generación? (Lc 7)

 He aquí el camino de la sabiduría: aprender a amar a un Dios que no me gusta, que no siempre me complace en mis deseos: “Padre que se haga tu voluntad y no la mía”, aprender a amar a las personas que no me gustan, porque eso que no me gusta del otro es lo que está esencialmente en mí y no me atrevo a comprenderlo; aprender a aceptar lo que de mí no me gusta solo porque he dejado de compararme y he aprendido a verme desde los ojos misericordiosos de Dios , aprender a acoger de la vida lo que no me gusta, la cruz de cada día, y decir, a pesar de todo aquí hay algo que está puesto por Dios para enseñarme y aunque no satisface mis deseos me ayuda a crecer. La única manera de vencer la veleidad de la carne y la inconstancia propia de la sensualidad, nos dice san juan de la cruz, es acostumbrarse a obrar en razón, no por el sentimiento sino por lo que hay que hacer.
Preferimos buscar un Dios a nuestra medida, según nuestros gustos, pero la Palabra de Dios, que es viva y eficaz como una espada de doble filo, no está para complacernos a nosotros, sino para hacernos crecer en una voluntad más firme, no tan inconstante y caprichosa , y nos recuerda que hay dentro de cada ser humano una fuerza del Espíritu que nos puede impulsar a acoger a Dios, a los demás y a nosotros mismos con un amor y una caridad mayor que sobrepasa el sentimiento, que es, en fin, ir alcanzando la plenitud humana.
De muchas maneras y estilos Dios intenta acercarnos a El : Como una gallina he querido cubriros como pollitos” para que unidos a su amor podamos vivir a plenitud. “Vino Juan Bautista, que ni comía ni bebía y dijimos esta endemoniado, vino Jesús que come, bebe, baila y dijimos es un pecador”. Si, para el que está buscando solo el cumplimento de sus deseos y caprichos no hay forma de hallar la fe que colma de alegría. Hemos de permanecer como la generación del aburrimiento, pues esto tiene la sensualidad, siempre dice dame más, dame más, y nunca se satisface. Oh voluntad divina, quien bebió de sus fuentes, descansó.
 

martes, 17 de septiembre de 2013

Se acercó al ataud, lo tocó

 Al ver a la viuda el Señor, le dio lástima y le dijo: No llores (Lc 7)

Se acercó al ataúd, se metió en él, quiso bajar y descender hasta la región de los muertos, lo toco por todos lados, se dejó incluir en el féretro, se metió en la carne humana y con el poder de su amor venció la muerte, levanto en su cuerpo a todos los seres humanos que estaban subyugados por los lazos de la muerte y entonces nació la esperanza, cesaron las lágrimas. Lo saben los que se han atrevido a morir a todo y no han hallado más esperanza que la fe en Jesús. Si, la resurrección de Jesús es la esperanza de todos los jóvenes, de todos los hombres, no se trata de volver a esta tierra con el mismo cuerpo se trata de poseer la misma vida de Dios, su Espíritu, de vivir a plenitud sabiéndose eternos. Este texto de José Luis Martin descalzo nos puede ayudar mucho a comprender:
Hay un texto de Bonhoeffer que siempre me ha impresionado muy especialmente. Dice el teólogo alemán: «Para los hombres de hoy hay una gran preocupación: saber morir, morir bien, morir serenamente. Pero saber morir no significa vencer a la muerte. Saber morir es algo que pertenece al campo de las posibilidades humanas, mientras que la victoria sobre la muerte tiene un nombre: resurrección. Sí, no será el arte de hacer el amor, sino la resurrección de Cristo, lo que dará un nuevo viento que purifíque el mundo actual. Aquí es donde se halla la respuesta al "dame un punto de apoyo y levantaré el mundo".»
Efectivamente, los hombres de todos los tiempos andan buscando cuál es el punto de apoyo para construir sus vidas, para levantar el mundo. Si hoy yo salgo a la calle y pregunto a la gente: ¿Cuál es el eje de vuestras vidas? ¿En qué se apoyan vuestras esperanzas? ¿Dónde está la clave de vuestras razones para vivir? Muchos me contestarán: «Mi vida se apoya en mis deseos de triunfar, quiero ser esto o aquello, quiero realizarme, quiero poder un día estar orgulloso de mí mismo». O tal vez otros me dirán: «Yo no creo mucho en el futuro. Creo en pasármelo lo mejor posible, en disfrutar de mi cuerpo o de mi dinero, o de mi cultura». O tal vez me dirán: «Ésos son problemas de intelectuales. Yo me limito a vivir, a soportar la vida, a pasarla lo mejor posible».
Pero allá en el fondo, en el fondo, todos los humanos tienen clavada esa pregunta: ¿Cuál es la última razón de mi vida? ¿Qué es lo que justifica mi existencia? Todos, todos, de algún modo se plantean estas cuestiones. También ustedes, que me van a permitir que hoy se lo pregunte: ¿Cuál es el punto de apoyo en el que reposan vuestras vidas?
Para los cristianos la respuesta es una sola: «Lo que ha cambiado nuestras vidas es la seguridad de que son eternas». Y el punto de apoyo de esa seguridad es la resurrección de Jesús. Si Él venció a la muerte, también a mí me ayudará a vencerla. ¡Ah!, si creyéramos verdaderamente en esto. ¡Cuántas cosas cambiarían en el mundo, si todos los cristianos se atrevieran a vivir a partir de la resurrección, si vivieran sabiéndose resucitados! Tendríamos entonces un mundo sin amarguras, sin derrotistas, con gente que viviría iluminada constantemente por la esperanza. Cómo trabajarían sabiendo que su trabajo colabora a la resurrección del mundo. Cómo amarían sabiendo que amar es una forma inicial de resucitar. Qué bien nos sentiríamos en el mundo, si todos supieran que el dolor es vencible y vivieran en consecuencia en la alegría.
Sí, la resurrección de Cristo y la fe de todos en la resurrección es lo que podría cambiar y vivificar el mundo contemporáneo. Y es formidable pensar y saber que cada uno de nosotros, con su esperanza, puede añadirle al mundo un trocito más de esperanza, un trocito más de resurrección.
 
Padre Wilson Ossa Betancur

martes, 10 de septiembre de 2013

Amigos fuertes de Dios

Comentario al Evangelio del 10 de septiembre de 2013

“Subió Jesús a la montaña a orar y pasó la noche orando a Dios” (Lc6)

 
La fuerza del Espíritu que recibió en el Bautismo en el Jordán, El poder del Amor del Padre con el que venció a satanás en el desierto, la compasión derramada en los cuerpos de los enfermos y la autoridad de expulsar demonios y enfrentarse a los fariseos provenía, en Jesús, de un hábito, una costumbre, un...a necesidad imperiosa, la oración. En la intimidad con el Padre una doble vertiente de compasión subía y bajaba desde el cielo de su alma. Los dolores y sufrimientos de sus hermanos y un manantial de ternura que el Padre apuraba en su corazón para todo el rebaño. Vio la necesidad de ser ayudado y el Padre le regaló un grupo de amigos para que ante todo estuvieran con El, en la oración, y desde ella salir con poder a predicar y a liberar a los hermanos.
Como el maestro, los amigos del Señor son los que han comprendido que sin El no pueden hacer nada y de la unión con El sacan sus fuerzas: “Los que quieren llegar a ser amigos fuertes de Dios, los que han de bebe del agua del Espíritu y ser fortalecidos con el amor divino, son gente determinada, constante, perseverante, con ansias de buscar y encontrar aquella fuente de la vida que es el Espíritu Santo y su acción transformante en la oración. Agua de la vida que los unge para poder luchar contra los enemigos. “Importa mucho y del todo una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella. Venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabaje lo que trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera muera en el camino o no tenga corazón para los trabajos que hay en él. Si quiera se hunda el mundo, gente que no teme los peligros porque están revestidos de esta agua del amor divino en la oración”.
Determinados, fuertes, significará que le han dado su tiempo al Señor, libre el pensamiento para El, con constancia, sin desear tornarlo a tomar por trabajos que vengan, ni sequedades, ni contradicciones, tiempo de oración que ya no es de ellos sino de El, sabiendo que, este Amigo agradecido, un alzar de ojos lo tiene en mucho. Determinados, fuertes, dispuestos a seguir el camino de la conversión, y fuertes contra el demonio pues están apercibidos y fortalecidos con la entrega a Dios, por eso espantan al demonio, que es cobarde y ataca a los que se ve son mudables llenándolos de miedo e inconvenientes, Determinados, fuertes, porque saben que si en la batalla los vencen no les perdonaran la vida y que si no muere en la pelea ha de morir después, por eso pelean con mas determinación y quiere vender bien su vida.

Fray Wilson Ossa

lunes, 9 de septiembre de 2013

La carne de Dios

Comentario sobre el Evangelio del 9/9/2013

“Cristo es para ustedes la esperanza de la gloria” (Col 1)

 
Los traían en barcos desde África, los tiraban en el barro entre tiestos de tejas y ladrillos, y los que soportaban el hambre y los golpes, los vendían en las plazas de las Indias…Los hacen trabajar duras jornadas, viven hacinados en galpones, en cambuches, en los suburbios de las grandes ciudades, un edificio se derrumbó... con miles de ellos, les pagaban con un poco de comida y eso que han pasado cinco siglos desde el tiempo de la esclavitud… ¿Cuánto vale un ser humano? En Cristo hemos encontrado una respuesta inusitada: La Vida del Dios verdadero, su Sangre.
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él? pregunta el salmo. “Mi Hijo”, responde el Padre en las llagas abiertas de Cristo. Lo hice heredero de mi gloria, capaz de poseer mí mismo Espíritu. Ese es el anuncio de la iglesia, especialista en humanidad como lo decía el Beato Juan Pablo II. El Evangelio consiste en mostrar a los hombres la esperanza para la que fue hecho más con gestos que con palabras, la herencia que ha empezado a recibir al poseer el espíritu Santo, una herencia que solo necesita las manos vacías.
Dios quiere al hombre libre, trabajando con amor, “Extiende el brazo”, le dice al paralítico, es decir déjate poseer del espíritu y ama. esta es la nueva ley que ha suplantado los antiguos ritos, los tiempos sagrados: primero es el amor a Dios en el prójimo, primero es el ser humano viviendo a plenitud en comunión con Dios en su amor. Está bien ir a misa los domingos, pero está mejor celebrar el rito de la misericordia en conmemoración de Cristo, comulgando sus llagas en el hermano.
San Pedro Claver, el apóstol de los negros, lo comprendió muy bien, aunque sus mismos compañeros lo criticaran, no disminuyó su cercanía a los esclavos negros, sus atenciones y servicios hasta hacerse esclavo de ellos, no tenía ni le importaba la murmuración, no se detenía en prudencias humanas, porque lo que importa es llevar a cabo el plan de Dios y su misericordia. “San Imprudente”, lo bautizó Martín Descalzo, a este hombre, que como Jesús, nos recuerda que se nos ha dado la viva para hacer el bien a los seres humanos, que no hay tiempo más sagrado que aquel en el que, asombrados, acogemos y cuidamos la carne de Dios, en el otro.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur

domingo, 1 de septiembre de 2013

El puesto que Dios quiso

 Comentario sobre el Evangelio del 1/09/2013

“Cuando te inviten a una boda, ve a ponerte en el último puesto, el que te invitó te pondrá junto a sí.” (Lc 14)

El banquete del cielo es una mesa donde caben todos los que llevan en su alma una invitación divina, el deseo de que los otros sean, la caridad les quisiera hacerse desaparecer con tal de que los otros fueran…y es que vienen alimentándose por años del delicios...o plato de la compasión, de la misericordia y de la ternura. Por eso, como las madres en día de fiesta, solo se satisfacen con ver sentados a la mesa a todos los hijos, a veces, ellas, no alcanzan ni a sentarse, están tan felices de que los otros sean felices. Si, ellas mismas, su amor, es el banquete de los hijos.
Están ricas las empanadas, la ensalada, el asado, el ajiaco, el pernil, o la sencillez de una sopa, pero lo que todos comen con un gusto inusual es el amor con el que ella les preparó. Un día los hijos, eso espera, seguirán esta triple tradición: la de unirlos en una sola mesa, la de no olvidar a los que no tienen con que comer y la de tomar no el último puesto, sino ninguno, el del que sirve. ¿Quién es más grande, dice el Señor, el que está a la mesa o el que sirve?, pues yo estoy entre ustedes como el que sirve”
Puesto a los pies de los apóstoles antes de la cena, Jesús hizo un gesto de servicio y humildad que antecedía su entrega más honda: “tomó condición de esclavo y se humilló a si mismo hasta la muerte y una muerte de cruz” y no solo eso, se quedó, en el colmo de la humildad, en una cosa, en un pan: “esto soy yo”.
El amor es humilde, no quiere la gloria para sí, el reconocimiento para sí, puesto que es andar en verdad, la humildad no se pone con vanidad a buscar un reconocimiento que solo le pertenece a Dios, pero he aquí lo que más nos ocurre, que se nos olvida nuestro puesto ante Dios. Esto es humildad, el tiquete para entrar al banquete del reino, ponernos en el lugar que Dios quiso…de comida.

Fray Wilson Ossa, ocd

sábado, 31 de agosto de 2013

Recibir con humildad, darse con amor

Comentario al Evangelio del 31/08/2013

“Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo. Señor dos talentos me dejaste. Mira he ganado otros dos” (Mt 25)

 Resucitados por la sola gracia de Dios, la gratitud se ha convertido, con Jesús, en el valor fundamental que nos lleva a la realización, saberse agradecido, reconocer lo que se nos ha dado y valorarlo es el primer eslabón que nos lle...va a la plenitud de vida. No consiste esta plenitud en poseer muchas cosas, hasta compararnos con los demás, si no apreciar los dones que se me han dado y ponerlos a funcionar. Antes de empezar a hacer el listado conviene recordar que cualquier ciencia, profesión, oficio, cualidad, cualquier don o talento sin el amor son nada y el amor es imposible sin la humildad, son virtudes hermanas. El humilde siempre le parece mucho lo que se le da y tan agradecido que quiere devolver lo que se le ha entregado. No es cuestión de tener todos los talentos sino de agradecer los que se me han dado, poco o mucho, siempre son dones inmerecidos y obrar en consecuencia, sin apropiarlos pues son de Dios.

 En la parábola de los talentos aquel empleado negligente y holgazán que en el juicio final fue rechazado tenía una pobre imagen de su dueño: “siegas donde no siembras, recoges donde no esparces” no se sentía semilla suya, parte de Dios mismo y creía de su dueño conforme el mismo era, avaro. Esa imagen que tenía de su dueño, de su Creador, terminó deteriorando su propia imagen, así nosotros, la imagen que tengamos de Dios es la que nos lleva a obrar productivamente o no. Si creo que a pesar de todas las dificultades que me han tocado Dios es bueno, contaré con un enorme potencial de amor y creatividad para salir adelante, sobretodo porque entre más dura la prueba más gloriosa la victoria.
Jesús nació y creció pobre, sin muchas oportunidades, bueno si, tenía una mamá muy sencilla llena de fe y un papá obediente a Dios y lleno de fe, creían que su Dios era bueno, y aunque todo fuera terrible, como en Belén, ellos se abandonaban en sus manos confiando. Aquella mujer sencilla dio un fruto eterno, en su humildad devolvió con su Sí todo lo que se le había dado, a Dios mismo y eso porque estaba así, llena de gracia, colmada de Gratitud.
El Señor no se fue lejos, se quedó entre nosotros en la eucaristía, no se nos ha dado poco, se nos ha dado el colmo del Amor, a Dios mismo, amar es recibirlo y darlo todo y darse uno mismo.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur

viernes, 30 de agosto de 2013

El Tesoro del Campo

 Comentario al Evangelio del 30 de agosto de 2013.

“El que lo encuentra lo deja oculto, lleno de alegría, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo” (Mt13)
“El Reino de los cielos, el tesoro escondido en el campo, es el amor poderoso de Dios entregado gratis al que acoja el testimonio de Jesús, su Hijo Amado. Para poder recibirlo si, nos hemos de despojar de todo lo que no es El, incluyéndonos nosotros. Este tesoro vale más que todas las cosas del mundo. “un hombre vendió todas sus tierras por comprarlo” sugiere el Evangelio. Es el único tesoro que no lo corrompen el moho y la herrumbre, ni lo pueden saquear los ladrones, ni lo pueden dañar los vándalos, es el amor de Jesús, la fuerza de su resurrección, el Evangelio.

 Cuando la violencia y la guerra se toman las naciones, cuando vemos los niños muertos de siria, los campesinos derramando sangre en sus rostros, los soldados mutilados, suspiramos como Marta y decimos: ¡Señor, si estuvieras aquí, mi hermano no habría muerto” Si Jesús fuera el tesoro en el que tenemos puesto el corazón no nos dejaríamos robar el amor, el tesoro, ni siquiera por las oleadas de odio o rencor que pueden venir de las injusticias, como fueron injustos con El y permaneció manso y fuerte en el amor. Fue con esa mansedumbre y con esa paciencia como El triunfo y como han liberado naciones los que primero se vencieron a sí mismos en la capacidad de odio, de ambición y deseos de poder, así lo hicieron Mandela, Gandhi, Martin Luther King

 De donde vienen los conflictos, se pregunta el apóstol Santiago “no es de las ambiciones y pasiones que reinan en sus corazones, codician y no obtienen, envidian y solo alcanzan inquietud, piden y no reciben porque piden para satisfacer sus pasiones”, de nada sirve tener comida si no tenemos amor, es preferible un caldo de papa con amor que un banquete injusto en la casa de los poderosos.

 Alguna vez he estado cultivando con los campesinos y he descubierto este tesoro: “El Hijo de Dios era un campesino, trabajó al sol y a sombra y se cansó y sudó, mi alegría, mi tesoro saber que un Dios se encarnó y me amó hasta hacerse uno conmigo, no quiso ser un senador romano o un gobernante, El vivía la ley del amor: Que se haga semejante al amante a quien quería que la mayor semejanza más deleite contenía. Quisiera solo eso vivir esa ley, parecerme a él, poseer el tesoro de su amor.


Fray Wilson Ossa

jueves, 29 de agosto de 2013

El amor en bandeja

Sobre el Evangelio de hoy (martirio de San Juan Bautista)

“Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era u hombre honrado y santo…enseguida le mando a un verdugo que trajese la cabeza de Juan” (Mc 6).

 
La palabra de Dios había descendido sobre Juan en el Desierto, engendrado por voluntad divina, santificado en la visita de María a su madre Isabel, Juan, el bautista, había recibido en la voz del Padre su plan y su proyecto. Como todos los profetas, esta palabra de Dios a la que tenía que obedecer le traía el odio de los que por las pasiones no desean construir el reino de Dios, un odio que los llevó a darle muerte.
 La Palabra de Dios es ante todo una declaración de amor eterno, una alianza de Dios y el hombre y como toda visión o locución de Dios capacita para padecer , para sufrir, pues infunde con la humildad, la esperanza cierta de estar en sus manos. Aunque eso no quita que se pase por la noche oscura de la fe y que como Juan el Bautista nos sorprendamos de las maneras de actuar de Dios: “Juan mando a sus discípulos a preguntarle a Jesús que si era el Mesías o debía esperar otro” pues lo veía tan misericordioso y manso que rebasaba sus maneras de concebir la justicia.
 Juan, que significa amado de Dios, era primero que todo un hombre que se sabía sostenido por Dios mismo: “tú mi Dios, fuiste mi esperanza y mi confianza desde mi juventud, una confianza que brotaba de su profunda humildad, en el vientre materno ya me apoyaba en ti” y Juan supo responder a ese amor con fidelidad, un amor puro que entrega la vida: “si entregara mi cuerpo a las llamas y no tengo amor, de nada me vale”. Ciertamente amaba a Dios, a su Hijo y a los hombres, mucho, muchísimo, su “primo” era para él “el Hijo Amado del Padre” así lo había escuchado en el Jordán, era la luz de la cual el sólo era testigo, y lo amaba tanto , tanto que sabiendo quien era decidió seguir su camino de precursor, alejado de Él, con tal de que él viniera a nosotros.
Fortalecido por el Señor, en una bandeja entregaron su cabeza…hoy en la patena, unido a Jesús, se transforma en eucaristía y su sangre se hace verdad y vida y amor, Palabra eterna del Padre, alimento para todos los que son perseguidos por que anuncian la justicia y la verdad.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur

martes, 27 de agosto de 2013

Sinceros en la Palabra, puros en el Corazón

“Limpia primero la copa por dentro” (Mt 23)
 
“Nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. No pretendimos honor de los hombres y si predicamos el evangelio no lo hicimos con el fin de contentarlos”. Así, subraya Pablo la sinceridad, la pureza y la limpieza de su intención en el anuncio. Un amor puro a Dios y a los seres humanos, un am...or que se alegra solo con la verdad, que por amor es capaz de hacer caer en la cuenta del daño que se hacen y de la esperanza que se pierden aun con palabras duras: “¡Fariseos, Hipócritas”. Revela así lo que dice el Evangelio. Lo principal de la ley es la sinceridad, la pureza de intención, la voluntad de Dios, la compasión.
Pablo no teme decirles las cosas como son y sin embargo lo hace movido por el amor, aun cuando reprende, como lo hace Jesús con los fariseos, no hay odio en su corazón cuando los exhorta: “les teníamos tanto cariño que deseábamos entregarles no solo el evangelio sino nuestras propias vidas”. Este es el salto de la nueva alianza, pasar de unos ritos de purificación externa a la acción del Espíritu que nos dará un corazón nuevo, un espíritu nuevo, a un amor que es entrega.
La sinceridad no pide que seas perfecto, sino que sepas reconocer tu debilidad y no ocultarla pues sabes que el Señor ya te conoce, sabe de que barro estas hecho, que el penetra tus pensamientos y distingue tus caminos, y aun antes de que hables ya sabe tus palabras. Este doble conocimiento, tu pequeñez y su compasión, es el que te invita a entregarte sinceramente en manos del médico. Comprendiendo esto así ora san Juan de la cruz: “¿quién podrá librarse de los modos y términos bajos si no le levantas tú a ti en pureza de amor, Dios mío? ¿Cómo se levantará a ti el hombre engendrado y criado en bajeza, si no le levantas Tú Señor con la mano que le hiciste?.

domingo, 25 de agosto de 2013

Salvados por la Gracia

 Comentario sobre el Evangelio del 25/08/2013

“Señor, ¿son pocos los que se salvan?”(Lc 13)

Por encima de nuestros pecados y de nuestros méritos hemos sido salvados gratuitamente. En Cristo Jesús se nos ha dado la gracia, se nos ha comunicado la vida divina, lo único que se nos pide es acoger ese testimonio, el poder del Evangelio, la fuerza de ese amor que nos reveló en la cruz y dejarse actuar por este amor.
La salvación solo puede consistir en poseer la misma vida del Creador. Esta salvación se nos da por la fe: “ el que tiene fe, tiene vida eterna”, hemos sido salvados por la fe que actúa como amor, hemos creído en la fuerza del Evangelio y al Creer en El amor de Cristo hemos recibido un poderoso amor del Espíritu que venció la muerte y nos comunicó vida divina.
Este Espíritu de Amor actuando en el alma realiza un proceso de purificación de todos los apetitos y mentalidades con las que antes funcionábamos y nos hacían apoyarnos en nosotros mismos, la purificación es muy honda y dolorosa y busca dejar el alma humilde, no apoyada en si para nada, de forma que solo el Espíritu de Dios actúe y viva en ella. Todo lo que ese Espíritu realice en ella, eso se salva y si todo su cuerpo es movido por ese Espíritu se salvará toda. La purificación es grande, el camino estrecho y la realiza el Espíritu, pero requiere el consentimiento humano, sin el esfuerzo consciente de la persona no puede actuar el Espíritu, pues Dios respeta siempre la voluntad libre que le dio: “Esfuércense por entrar por la puerta estrecha” nos aconseja el Señor. “No se queden pues con los brazos caídos y encogidas las piernas. Continúen la marcha por el camino recto, Dios los corrige porque los trata como a hijos”.
Dios quiso y quiere la salvación de todos, no solo de los israelitas, quiere que vengan naciones enteras a su presencia, pero no nos salvará sin nuestro consentimiento a la acción del Espíritu de amor hecho práctica, obra, compromiso; una aplicación de la propia voluntad a la divina hasta que sea fortalecida por El mismo y se transforme solo en voluntad divina, ansia de salvación de todos los hombres hasta querer dar la vida por todos.
Al final solo se salvará todo cuanto haya sido asumido por el Espíritu Santo, las obras que El realice en nosotros. Cuando vemos el camino nos parece ciertamente que la puerta para entrar es estrecha, pero mirado bien la vida sencilla y difícil que a muchos nos toca es una muy buena oportunidad para unirnos a los sufrimientos de Jesús por su amor. Estamos Salvados es lo cierto pero a cada uno le corresponde dejarse actuar por el espíritu de Amor y así alcanzará la plenitud de la salvación. Lo esencial estará en dejarse desnudar sensual y espiritualmente de todas las cosas por amor al crucificado, advierte san Juan de la Cruz.
María, la puerta del cielo, con su humildad y disposición para olvidarse de sí, abandonada en las manos divinas, llevando la obediencia a la voluntad divina en fe, creyendo que a pesar de todas las cosas Dios la ama y está con ella, nos señala la senda, nos acompaña en el camino.

Fray Wilson Ossa

martes, 20 de agosto de 2013

Para el amor no hay nada imposible

“Que difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas” (Mt19)

“Los océanos no podrían apagar el amor, ni los ríos extinguirlo. Quien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, sería despreciable” (Ct 8)Los discípulos se espantaron como nosotros con las declaraciones de Jesús sobre las riquezas, solo el amor nos puede ayudar a sup...erar el escándalo.
Los bienes que Dios nos ha dado no son solo materiales, dentro de las riquezas hemos de incluir los bienes naturales de inteligencia, belleza, gracia, los sensuales que nos colman de aromas, sonidos, gustos, sensaciones, imágenes; los bienes morales que son posibilidad de hacer obras de justicia: la limosna, ayuno o la oración, bienes más excelentes como los sobrenaturales: capacidad de obrar prodigios, predicar, sanar, expulsar demonios y finalmente los bienes espirituales como medios con las que nos acercamos a lo divino: un oratorio, un sacerdote, un libro…todos esos bienes son riquezas en las que podemos poner el gozo de la voluntad antes que en Dios y por eso impiden que el alma se una a Dios, goce de la presencia del Espíritu Santo.
Ciertamente es el deseo de la gloria de Dios, el amor muy puro por Jesús y el deseo de seguirlo en la cruz, despojado material y espiritualmente, en desnudez completa, lo que lleva al alma a experimentar el cielo en la tierra, a unirse a su amor abismal, pues no solo se ha despojado de las cosas, sino por amor a Cristo, hasta de sí mismo. A este despojo por amor entrañable responde el Señor con el ciento por uno: No faltaran verdaderos familiares y amigos, lugares donde habitar, y por supuesto las persecuciones, que son las que purifican las obras que Dios realiza por medio nuestro y nosotros tendemos a apropiárnoslas.
Cuando santa Teresa trata el tema del desasimiento o desapego lo resume bellamente en su lecho de muerta así: “Hijas, libres las quiere el Señor atadas a sólo El”, aclara san juan de la cruz: “la voluntad no ha de gozarse sino en lo que es gloria y honra de Dios y la mayor gloria que podemos darle es servirle según la perfección evangélica y lo que es fuera de esto es de ningún provecho para el hombre (SM L3)

domingo, 18 de agosto de 2013

Vivir ardiendo

 Comentario al Evangelio del 18/08/2013

“Piensan que vine a traer tranquilidad al mundo, les aseguro que no” (Lc 12)
Un discípulo se acercó al maestro y le dijo: ya he cumplido todos los mandamientos, he vivido en perfección todo lo que se me manda, que más tengo que hacer.- Alzando los dedos como llamas hacia el cielo, le respondió el maestro: podrías ser fuego.La paz, ese fruto del Espíritu Santo, es un amor que no nos deja en paz. Viviente, dinámico, eterno, el amor nunca está ocioso, es llama que consume y arde continuamente y todo lo transforma en sí. El espíritu de Amor es libre y no soporta quedarse estancado, es agua y fuego, Dios mismo es una hoguera devoradora y ansia ver todo inundado de El.Jesús vino a traernos este fuego, a darnos esta paz y a quitarnos la tranquilidad y la comodidad de una vida sin ardor, sin entrega, vino a darnos con el Espíritu una vida que mira a la eternidad y plenitud de un amor mucho más grande que va quitando el gusto, purificando, los deseos con los que somos atraídos por las criaturas, por el mundo y colocando el deseo de que todos se salven, que todos estén llenos del Espíritu: “como deseo que ya estuviera ardiendo”
Cuando Alguien ha conocido a Jesús en el Espíritu y ha recibido este fuego de amor, sus acciones, su caridad intensa, su capacidad de desasimiento de las cosas, sus palabras, generan contradicción, persecución por parte de los que no han recibido esta manera de ser, de vivir ardiendo. El caso de Jeremías es ejemplar, su pueblo no lo comprende e intenta matarlo, en los bautizados en el Espíritu los primeros que captan la nueva forma de ser son sus familiares, ahora sus criterios no son carnales, y por eso comienza el choque, la lucha y no hay que desanimarse, así es.
El Espíritu le comunica al creyente lo definitivo del ser humano, su destino eterno, le revela el plan creador, los deseos de Dios, su voluntad, la posibilidad de vivir con el Creador en cada instante, dentro de sí mismo y no puede…no puede...aunque quisiera…dejar de anunciar lo que ha visto y oído: “hay de mi si no evangelizara”, grita san Pablo, aunque se caiga el mundo, aunque todos lo persigan, aunque lo vuelvan a crucificar no puede….no puede…dejar de anunciar la verdad de lo que Es: ¿eres el Hijo de Dios? le pregunta el Sanedrín a Jesús -¡Tu lo has dicho! responde para eso he venido al mundo para dar testimonio de la verdad. Mientras, ha decidido bañarse en sangre, bautizarse en este fuego de sufrimientos que es la pasión con tal de que los hombres descubramos el fuego del amor, la plenitud de la vida, el Dios viviente que arde desde nuestro interior.En la Cruz está ardiendo de amor como ninguno, es la llama encendida que ningún odio pudo apagar, en la cruz es el amor ardiente…más bello que el fuego y que la luz, La hermosura y la Verdad.

Fray Wilson Dario Ossa Betancur

sábado, 17 de agosto de 2013

Armar berrinche no es "hacer lio"

“Le acercaron a Jesús unos niños para que les impusiera las manos y orara por ellos” (Mt19)

Jesús toda la vida fue un niño, incluso cuando ya era grande oraba así, ¡abbá! papito, al nacer quiso ser envuelto en pañales, acunado en los brazos de María y levantado en los hombros de José. No apareció en el mundo como un hombre adulto y serio sino como un bebe. Desde entonces el camino para encontrarse con la divinidad pasa por esta actitud del alma, el abandono en las manos de Dios.
Con razón durante su ministerio publico se hallaba tan a gusto entre ellos, eran como el espejo de su alma, sobre todo aquellos que todavía no caminan, que hay que traérselos y levantarlos en los brazos para que los pueda bendecir…y que hacía sino abrazarlos, besarlos imponerle sus manos. aparecía patente lo que Dios Padre hacía con El, en su propia alma: “ Como un Padre siente ternura por sus hijos siente el Señor ternura por su fieles” “sobre las rodillas acariciarán a sus criaturas, como un hijo al que su madre consuela yo los consolaré” “Con cuerdas de ternura, con lazos de amor los atraía, fui para ellos como quien levanta un niño hasta sus mejillas o se inclina hasta él para darle de comer”
Ser niño en el alma es experimentar en la pobreza y la sencillez esta ternura divina. El alma transparente al amor siente un caudal de gracia, un río de paz que es como somos hechos desde siempre en sus manos, la infancia espiritual es no poner resistencia a esta acción divina que fluye,(aunque se acumulen años y estatura), un no apoyarse en si en nada para que Dios obre.
En la pequeñez y sencillez del alma ocurre la unión con Dios, el estrecho abrazo de su amor, pero ocurre no pocas veces que resistimos a esta acción incluso queriendo caminar por nuestro modo propio, como dice san Juan de la Cruz: “porque, aunque es vedad que Dios lleva a las almas, ellas no se dejan llevar y así caminase menos y resistiendo ellos al que las lleva, y no merecen tanto, pues no aplican la voluntad, y en eso padecen más, porque hay almas que en vez de dejarse a Dios y ayudarse, antes estorban a Dios, por su indiscreto obrar o repugnan, hechos semejantes a los niños, que queriendo sus madres llevarlos en brazos, ellos van pateando y llorando, porfiando por se ir ellos por su pie, para que no se pueda andar nada, y , si se anduviere, sea al paso del niño. Por su puesto, siguiendo al Papa Francisco, armar berrinche, hacer pataleta, no es en verdad “hacer lío”.

jueves, 15 de agosto de 2013

María, el cielo de Dios

MARIA, EL CIELO DE DIOS

 Comentario al Evangelio del 15/08/2013

“El poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo” (Lc 1)

Si el cielo está cerca, si el cielo está dentro, para dónde te fuiste madre. Desde siempre estuviste y estarás viviente en el misterio de Dios. “El Señor está contigo” te lo recordó el ángel, está contigo antes de todas las cosas , llena de gracia y en tu historia tan sencilla y cotidiana de Nzareth, Dios en todas partes y en ti. El era La Palabra que llevabas en las entrañas , como esperanza de un pueblo pobre, y de tanto esperar solo en El, no te defraudó.
Si el cielo está cerca, más adentro que nosotros mismos, cuéntanos madre que es ser el cielo de un Dios, abrirle el corazón acogerlo en el seno, volverse tierra humilde para albergar el Verbo, la semilla de Dios, transformarse en árbol de Vida que da un fruto salvador. Y si Dios es tan pequeño, una simiente, que podrá decir el hombre sino callar, asombrarse, hundirse, abajarse, quien puede seguirle hasta esos extremos…un Dios en carne humana.
Si el cielo está cerca, dónde no estás madre, pues te hiciste una con Dios. Un solo Espíritu: Ni un solo movimiento, ni un gesto, ni una palabra que no la guiara el Espíritu del creador, así viviste, toda transparente por tu humildad, pobreza y pureza a la acción divina. Este es el cielo, la unión con Dios. Tu nos llevas contigo a ese cielo cercano y profundo “con la constante práctica de las virtudes humildes”. “Por el común camino ¡oh madre incomparable! nos llevas hasta el cielo, levantados como vos por la misericordia Divina, que levanta del suelo al desvalido, alza de la basura al pobre, eleva a los humildes.
La confianza que brota de la pequeñez, de no apoyarse en sí, sino en Dios; amor que se recibe en la pobreza y se vuelve necesario servicio…, por esa escalera subimos al cielo, y el olvido de si para que otros sean, y en medio de las pruebas esperarlo todo de El, en el destierro, en la cruz. Aunque sea de noche. El cielo es tener a alguien que se muera de amor por mí y tu María, te entregaste toda como esclava, dispuesta a morir de amor por Jesús, como lo corrobora la cruz, por eso eres el cielo de Dios.
Resucitar no es levantarse, es ser levantado y a vos antes de que nacieras ya te tenía Dios en sus manos, en sus estrechísimos brazos de Padre, nunca saliste de ellas, siempre dócil a su labor creadora, Nos enseñaste la verdad: que solo vivimos cuando El nos sostiene en sus poderosos brazos, permanecer pequeños en la historia y en la vida y por ella experimentar el poderosos amor que nos resucita: “El poderoso ha hecho obras grandes por mí”. El nos elevará con sus ángeles al cielo, nube de amor que nos envuelve y nos revela que te has quedado muy cerca, carne del Verbo…en este cielo cercano, en la Eucaristía.
 
Fray Wilson Dario Ossa Betancur

domingo, 16 de junio de 2013

Carta abierta al P. Wilson Ossa B. ocd


La Plata, 16 de junio de 2013

Fr. WILSON OSSA BETANCUR OCD
Ciudad de Dios
Villa de Leyva.

Mi querido hermano:

PAZ, ALEGRÍA Y ESPERANZA EN EL SEÑOR

Al mirar desde lejos los acontecimientos vividos en La Plata, en nuestra comunidad y en la ciudad, por supuesto pasándolos por la mirada de la oración, o mejor, dejando que ella los empape y los llene de esperanza.  Quiero darle gracias a Dios por tu presencia en nuestra comunidad esos días nada fáciles, pero llenos de Dios y de esperanza.
Quiero decirte públicamente, recogiendo la voz y el silencio de tantos que pasaron entre nosotros esos días dándonos la mano y todo lo que tenían para levantar nuestro ánimo y darnos la fuerza para animar a los que estaban a nuestro lado en la ciudad que sufrían lo mismo que nosotros.  Pero tengo que reconocer que tu presencia orante  y llena de paz animó a todos en ese momento.  Y tantos de ellos que a lo mejor ni conocías vieron en ti eso que necesitaban descubrir: la presencia de Dios, que te hizo contemplativo al estilo de Teresa.  Es decir como lo dice ella misma como el que está presente y con ganas de servir.  Eso mismo fue lo que vieron muchos de ellos sin que te dieras cuenta, porque tu estabas tan atareado en hacer como se hace cuando se empieza a orar, limpiando todo lo que no servía para hacer el camino de la oración y de la vida en esta casa.  Y lograbas orar días enteros llenando con tu sudor las largas horas del primer momento de recupe-ración logrando convertir en oración esos primeros momentos interminables llenos de escombros y de miserias como las que todos nosotros deberíamos detenernos a sacar de nuestras historias para así poder caminar en esperanza en la vida de todos los días.
Gracias por la escucha paciente de la gente que tuviste todos esos días y la Eucaristías que presidiste llenando con la Palabra y la fe el camino de la reconstrucción de todas nuestras vidas.

Todos estamos de acuerdo que tu presencia fue providencial para todos nosotros y que lo que hiciste, si te preguntáramos, dirías que era lo menos que podías hacer por nosotros pero si lo lees desde la economía de la Gracia, fue toda una bendición para toda esta comunidad.  Y este es el eco de lo que quiero recoger de lo sucedido y de lo cual ni te diste cuenta porque estabas tan ocupado en dar la mano que no tenías tiempo para ello. Eso es entonces lo que te quiero decir con estas letras salidas también de la Fe, la Esperanza y el Amor, ya que todo nuestro camino debe ser teologal.  GRACIAS que brotan de nuestro corazón agradecido de toda esta comunidad de La Plata.

fco. Javier Jaramillo j. ocd

sábado, 9 de marzo de 2013

Hazme volver, Señor


QUE VUELVA, SEÑOR

De mi vida, vacía e inquieta,
soñadora y excesivamente idealista.

 QUE VUELVA, SEÑOR
De mi soberbia que me impide acoger tu bondad
De mi mundo, que me distancia de tu reino
De mis miserias, que estorban mi perfección
 QUE VUELVA, SEÑOR
De aquello que me hace sentirme
seguro y dueño de mi destino
De toda apariencia que me engaña
y me hace darte la espalda
 QUE VUELVA, SEÑOR
De toda pretensión de malgastar
arruinar o desaprovechar mis días.
 QUE VUELVA, SEÑOR
A tu casa, que es donde mejor se vive
A mi casa, que es tu casa, Señor
A tus brazos, que sé me echan en falta
A tus caminos, para que no me pierda
A tu presencia, para que goce
de la fiesta que me tienes preparada


ORACIÓN FINAL:
¡HAZME VOLVER, SEÑOR!
De los caminos equivocados, HAZME VOLVER, SEÑOR
Cuando malgasto mi tiempo y mi vida:¡HAZME VOLVER, SEÑOR!
De las mentiras y de las calumnias; ¡HAZME VOLVER, SEÑOR!
De la falta de oración: ¡HAZME VOLVER, SEÑOR!
De la tristeza y de la distancia de Ti: ¡HAZME VOLVER, SEÑOR!
De la envidia y del egoísmo: ¡HAZME VOLVER, SEÑOR!
De la independencia y del hacer lo que me da la gana: ¡HAZME VOLVER, SEÑOR!
De gastar lo que soy en cosas inútiles: ¡HAZME VOLVER, SEÑOR!

domingo, 3 de marzo de 2013

Conviértenos, Señor


De nuestros des-encuentros  contigo:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
En nuestras des-esperanzas y  preocupaciones:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
De nuestras dudas y  frialdad:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
De nuestro orgullo y  soberbia:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
De nuestra comodidad y  avaricia:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
Para que te encontremos y no  te perdamos:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
Para que estemos dispuestos  a buscarte:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
Para que seamos conscientes  de nuestras limitaciones:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
De nuestra cerrazón hacia  Ti:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
De nuestra sordera y ceguera  espiritual:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!
De nuestra manera de ver y  de sentir la vida:
¡CONVIÉRTENOS,  SEÑOR!