domingo, 27 de octubre de 2013

La humildad que salva


Textos traído de los padres del desierto por el P. Nanini en sus comentarios al Evangelio (Lc 18)

"El alma humilde conoce una gran paz, mientras que el alma soberbia se atormenta a sí misma. El orgulloso no conoce el amor de Dios y se encuentra alejado de Él. Se ensoberbece porque es rico, sabio o famoso, pero ignora la profundidad de su pobreza y de su ruina, porque no ha conocido a Dios. Para que puedas ser salvado, es necesario que te vuelvas humilde, puesto que, aunque se trasladara por la fuerza un hombre soberbio al paraíso, tampoco allí encontraría paz ni se sentiría satisfecho, y diría: "¿Por qué no estoy en el primer puesto?" Sin embargo, el alma humilde está llena de amor y no busca los primeros puestos, sino que desea el bien para todos y se contenta con cualquier condición. En virtud del amor, el alma desea para cada hombre un bien mayor que para sí misma, y goza cuando ve que los otros son más afortunados que ella, y se aflige cuando ve que se encuentran en el sufrimiento" .
“El que conoce su pecado es más grande que el que resucita un muerto. El que llora una hora sobre sí mismo es más grande que el que enseña al mundo entero...El que conoce su debilidad es más grande que el que ve un ángel...El que sigue a Cristo en secreto y con arrepentimiento es más grande que el que goza de una gran reputación en las Iglesias” .
"SEÑOR: libérame de esa tonta vanidad que me lleva a poner mi seguridad en las obras externas y a despreciar a los demás por sus imperfecciones. Ayúdame a reconocer mi propia miseria y la grosera fealdad del orgullo".

Fray Wilson Dario Ossa Betancur ocd

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